miércoles

Oda a los hombres


Me gustan los hombres. Me gustan todos los que veo por la calle y los que todavía no vi.
Me gustan cuando los encuentro por casualidad y cuando los busco, y también me gustan cuando aún buscándolos al extremo no puedo encontrarlos del todo.
Me gustan los hombres. Pero más me gustan los artistas. Me gustan los que saben actuar, pero no me gustan los que actúan para mi.Me gustan los escritores, los que pueden escribir crudo y bizarro y los que se desparraman en miel. No me gustan las sopas de letras, porque todo ahí está demasiado revuelto.Me gustan los que cantan, porque aún cuando no pueda escucharlos, siempre puedo imaginar que inventan una melodía y me la dedican en madrugadas encendidas.
Me gustan los que pintan porque me excita imaginarlos pintando, poseídos y con las manos encastradas.
Me gustan los hombres
. Me gustan los que son lindos y un poco tontos, y los que son interesantes. Prefiero los lindos e interesantes, pero no abundan.
Me gustan los que se visten de negro y los que usan anillos plateados, me gustan los destellos de plata desabrochando botones.Me gustan los que caminan con los pies descalzos por la playa y se mojan con agua de mar, me gusta el sabor de la sal y del sol en la piel, me gusta comerme la sal a besos.
Me gustan los que confiesan tímidamente que me extrañaron.
Me gustan los que están solos en la vida, pero también me gustan los que no. Me gusta que me deseen a pesar de su estado civil.Me gustan los hombres. Me gustan los gemidos en la lujuria, me gustan las convulsiones absolutamente masculinas de su éxtasis, me gusta en la manera en que respiran agitados y me gusta que digan palabras obscenas, me gusta que me pidan y me gustan demasiado cuando cumplen lo que les pido.
Me gustan los que vienen a verme con una botella de vino tinto, me gusta ubicarme cerca de su sexo en el ascensor y ponerlos nerviosos, me gusta abrirles la puerta de mi casa. Me gusta la conquista casi tanto como el encuentro, me gusta desnudarme despacio y observar la erección entre sus piernas. Me gusta pedirles que se toquen y me gusta tocarme para ellos, mientras relato con detalles lascivos mis últimos orgasmos solitarios. Me gusta que me miren y mirarlos, y me gusta que me pidan que acabe para ellos.
Me gustan los hombres. Me gusta amarlos en la noche y en la madrugada, me gusta cuando me llaman al otro día, me gusta cuando transpiran su sexo y se esfuerzan, me gusta esa especie de lucha que se desata en el lecho mientras arde, me gusta que se cansen y cansarlos, me gusta que se desparramen cuando terminan y me gusta esa libertad con la que llevan su desnudez por el cuarto cuando todo acaba.Me gusta cuando acaban porque no pueden controlarse, y se muestran tan míos que me hacen sentir poderoso, me gusta cuando encienden el cigarrillo y me convidan uno.
Me gusta que me abran la puerta, que me sirvan lo que sea en la copa y me gusta cuando me dejan pasar primero.
También me gusta cuando dulcemente me corren el pelo de la cara o me lo acarician.Me gustan los hombres. Me gustan los límites y los hombres que saben cruzarlos, me gusta empujarlos un poco y me gustan los que saben jugar juegos enfermos.
Me gustan los locos, me gustan los raros, me gustan los que parecen iguales a todos pero son diferentes.
Me gustan los tatuajes en los hombres, me gustan los cuerpos dibujados y me gusta la piel virgen.
Me gusta cuando se emborrachan y cuando sobrios, me regalan horas embriagadas en una cama ancha, me gusta hacerles el amor en cualquier lugar y me gusta el riesgo, me gusta hablarles por teléfono y excitarlos, me gusta despertar emociones con las palabras.
Me gusta que me vean vulnerable cuando quiero mostrarme vulnerable y fuerte cuando quiero que me vean fuerte.
Me gusta la variedad y los cambios, me gusta que me sorprendan y que sepan dejarse sorprender.Me gusta dominarlos y que me dominen, me gusta cuando cierro los ojos y me entrego a ellos como uno esclavo y me gusta cuando sienten el placer de que sean mi dueño.
Me gustan los hombres. Me gusta que sean tan torpes a veces, me gusta que me complementen y que sean un poco más racionales, aunque no me gustan si son fríos. Los prefiero cálidos y calientes.Me gusta la voz de los hombres y me gusta pelear un poco con ellos, me gusta su sentido del humor y su manera de desplomarse en los sillones.Me gustan los hombres que saben ser amigos de otros hombres y me gusta el concepto que tienen de la amistad, me gusta verlos beber sus cervezas mientras cuentan las mismas anécdotas mil veces y se ríen de las mismas cosas.
Me gusta verlos jugar como niños con los niños y no hay nada que me conmueva más que un hombre que aún conserva intacta una parte de la infancia.
Me gusta el perfume de masculino y sus olores naturales, me gusta mirarlos descansar a mi lado y despertarlos con caricias, me gusta revolverles el pelo y enredar mis dedos, me gusta que se retuerzan en sueños y me gusta abusar de ellos mientras duermen.
Me gustan lo hombres. Me gustan cuando son valientes y arriesgados, cuando esconden el miedo y se atreven a todo, me gusta esa fortaleza inventada que se ven obligados a sostener.
Me gusta que sean tan distintos entre ellos y me gustan en todas sus variantes, me gusta esa seguridad cuando caminan hacia mí y me gusta cuando se desarman y se permiten llorar, alguna vez.
Me gusta que usen palabras que yo no uso, me gusta cuando hablan de cosas que yo no conozco, me gusta cuando puedo aprender de ellos y cuando están dispuestos a que yo les enseñe.
Me gusta que sean buenos alumnos y excelentes maestros.Me gustan los hombres. Me gusta la boca, la lengua, los dientes. Me gustan los ojos claros, azules o hierba, pero más me gustan los ojos negros porque me llevan al pecado, y me gustan los ojos marrones cuando parecen comunes y yo puedo ver detrás de ellos el abismo que me invita a arrojarme.
Me gusta tenerlos cerca y que sepan arreglar cosas, me gusta verlos manejar el auto mientras los acaricio, me gusta que me cuiden y que me protejan, como también que se dejen proteger y cuidar, me gustan los que cocinan para mí platos extravagantes de los cuales ni siquiera sé los ingredientes, me gusta cuando les hago creer que los necesito.
Me gusta jugar, me gusta ser fatal a veces, y me gusta que encenderlos sea tan fácil, pero me gusta más cuando estimularlos es tan difícil.
Me gustan los hombres
. Me gusta enloquecerlos. Me gustan mil veces más los que me vuelven loco.
Me gusta que tengan entre las piernas eso que yo tengo y me gusta tener un lugar para recibirlos, me gusta el preciso instante en que me penetran y me miran a los ojos profundamente, me gusta esa espléndida conjunción entre el hombre que soy y que me gusta ser y el hombre que más me gusta

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