domingo

Lejos, muy lejos

Hoy me he puesto a recordar mi infancia, exactamente cuando tenía 15 años y puedo ver a un chico que vivía lejos, muy lejos de la capital. Lo que recuerdo mas nítidamente es una calle arbolada, tranquila, la famosa alameda. Había algunas hectáreas de puros bosques y sin nada de casas. En la misma alameda habían árboles gigantescos que llegaban al rió. Uno de los momentos más importantes fue conocer a un chico llamado Juan que tenia mi misma edad. Su familia era muy trabajadora, muy humilde y eso contrastaban un poco con en nivel económico del pueblo donde todos éramos de familias de clase media. Ellos eran Gente muy cordial con la que inmediatamente mis padres y yo hicimos una muy buena amistad.
La historia que a continuación contaré sucedió cuando yo tenía más de 15 años y Juan alrededor de 16. Yo era un chico delgado, de cuerpo armónico pero sin grandes musculaturas. Diríamos normal para esa edad. El, era bastante tierno, 170 de altura, pelo oscuro, tez clara, muy lindas facciones, ojos de niño tierno…Yo desde la primera vez que lo vi, Sentí atracción especial por él, nunca la había tenido por alguno de los chicos del pueblo.
Muchas tardes solíamos estar juntos, escuchando música o mirando algo en el televisor. Una de esas tardes, estábamos solo Juan y yo caminando por la alameda tranquilamente sin rumbo. No había nada que nos preocupara, solo éramos Juan y yo.En un momento al llegar al fin de la alameda yo estaba muy relajado, de repente giro mi mirada a una abeja que estaba en el pantalón de Juan, y lo que veo en su pantalón es un notable bulto. Mi sorpresa fue tal que al darse cuenta (Juan) que yo tímidamente lo estaba mirando, se rió con algo de picardía y de vergüenza…Sin hacer comentario alguno, seguimos caminando y aprovechamos de ir a mi casa a quedarnos hasta muy tarde, entre anécdotas, chistes, y bromas, y sueños de futuro, Me empezó a hacer cariño en la frente y obviamente yo me deje.
La posibilidad de besarlo era algo que me conmovía y me excitaba mucho, Creo que en ese momento sentía que era gay siendo apenas un niño y desde que lo conocí a él estaba perdidamente, mejor dicho platónicamente enamorado. Pero era consciente de que el no era gay y yo si, y las posibilidades para mi no existían, eran sólo fantasías, ensoñaciones...sueños de amor de un gay no asumido en un pueblo chico, adonde todo el mundo se conocía y en una época donde ni siquiera se nos llamaba gay sino MARICONESSentía su mano que apretaba suavemente mis labios en el mismo instante que el se acercaba a mi. Después seguían momentos sin movimiento alguno, y su respiración lenta me confirmaba que me quería besar, Yo sentía un calor que me recorría desde los pies hasta la nuca....y respondi con un movimiento de acercamiento, casi rozando sus labiosAsí es que me arriesgue y lo empecé a besar, él no dijo nada y respondió a mi beso, nos besamos por mucho tiempo y cuando nos separamos me dijo: me gustas mucho.El suspiro nuevamente, se apretó contra mi, y sentí su boca con un aliento cálido besar mis labios. En ese momento deseaba que ese instante perdurase toda la eternidad.
Lo sentía húmedo, ardiente, tierno muy caliente y muy suave. Así estuvimos unos minutos, besándonos y acariciándonos.... beso mi cuello, lentamente, como si aun fueran movimientos sacados de mis sueños...Yo me acerque fuertemente contra él, lo apreté con un abrazo y mi mano comenzó a moverse bajando lentamente por su estomago. Nuestros cuerpos se frotaban entre si, y el placer era inmenso. Yo de rodillas a el, con su pelvis casi a la altura de mi cabeza. Pude ver, su bulto, bello, recto, perfecto a quince centímetros de mis ojos. Mi boca temblaba de ansiedad de besarlo...Acerque más mi cabeza a su pelvis y comencé a besar los alrededores. Solo quería llevarlo a mi boca. Lo besé con prejuicio, con temor. Lo amaba locamente desde que lo vi. Y creo que estaba dispuesto a cualquier cosa por complacerlo. Yo creía que iba a estallar completamente de placer. Con su lengua comenzó a delinear mis labios, mi nariz, besaba mis ojos. Volví todo mi cuerpo en dirección exacta al de el....Nuestros penes erectos se tocaban, nuestras bocas se besaban en medio de una respiración agitada. Me excitaba todo...y mi cuerpo empezó a moverse buscando lentamente volver a intentar que su pico entrara en mi boca. El insistía en no dejarme y seguimos besándonos y acariciándonos hasta que prácticamente desapareció.Se paro y acomodo su ropa, y comenzó a moverse lentamente hacia la puerta mientras yo comenzaba a preguntarme que había hecho mal. Volvió a besarme, mi cuello, mis orejas, mi frente. Y se fue. Tengo que decir que a veces, cuando platicábamos (Juan y yo) y me miraba, yo notaba algo especial en su mirada, pero nunca decía nada. Pero fue en este DIA donde me confeso que le gustaba mucho.Logre seguirlo hasta su casa, pero el dolor apareció, leve, pero presente y sentí que mi cuerpo era recorrido por un frió. Yo sabía que aquella ocasión se prestaría para malos entendidos. En ese momento yo no sabía que hacer, estaba confundido. Todo el día tuve pensamientos acerca de los dos, pero a la vez decía ¡no, nada va pasar! En fin, la noche llegó y trajo consigo su ausencia. Ya era muy tarde y mis ilusiones empezaron a retirarse, me quede muy triste y apagué para siempre el sueño de tenerlo.Al DIA siguiente me entere que cuando amaneció se había ido lejos, muy lejos. Todo el día estuve pensando en él y en el dolor que me había causado al no decirme que se iba del pueblo. Me encuentro llorando, por mi mente han pasado muchas cosas, había decidido soltarlo por que no quería sufrir, pero aquí me encuentro ahora, muchos años después, lejos, muy lejos de aquel sujeto que me arrebato el corazón cuando era un adolescente. Todo había empezado como un sueño.....me senté para recordar y me encontré con instantes que habían sido invadidos por ráfagas de tristeza...sentado frente al PC quería revivir lo que un día me hizo sentir ese hombre y sin planificarlo, desperté sentimientos que habían estado dormidos. El miedo y al mismo tiempo la ansiedad se apoderaron de mi cuerpo en el instante que recibí una llamada de el...no supe qué decir y simplemente atiné a balbucear que yo iría a stgo por el fin de semana; una sonrisa escondida se dibujó en mi rostro. Me pidió que lo pasara a visitar.Fue en esa oportunidad, siendo muy chico, donde, empecé ha sentir el bichito del deseo, del deseo enorme por el hombre en general, por los hombres, provocado por ese ser que marco mi vida para siempre en mi elección sexual, que costó y llevó años definir y encauzar en algún sentido, pero que hoy en día disfruto con toda amplitud y entrega. Esos hombres, creación divina maravillosa. Claro, los hay de todo tipo, pero como tiendo a vincularme a seres únicamente especiales, diferentes, por sus condiciones, sus virtudes, sus espíritus y almas, tengo la enorme dicha de poder gozar de lo mejor de ellos, de “mis hombres”. Son tan hermosos, tan bien hechos y terminados, tan adorables, tan dulces y tiernos, tan apasionados y sexuales! tan compañeros y aliados, tan apoyo y refugio; tan “LINDOS”. Y no había tenido tantas fantasías antes de conocerlo, porque vivía en un pueblo chico, en un ambiente más represivo que lo común, con un entorno familiar limitante, y sólo al trasladarme de casa a una ciudad grande, esas fantasías mágicamente, de pronto, sorpresivamente, comenzaron a hacerse realidad con el tiempo. Ocurrió con mi primera experiencia con mi tío, allá por mis 17, cuando perdí mi virginidad en brazos de aquel hombre, que, con poca suavidad, me hizo aprender de golpe qué era el sexo. Y sufrí por aprenderlo, pero nunca renuncié por eso, al contrario, siempre insistí para mejorar y saber amar y ser amado, gozar y ser gozado, porque así lo sentía y lo necesitaba. Nunca olvidaré esa primera experiencia, mi vida cambio completamente.Santiago me espera!!!!!!!!